Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia

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Siglo XXI, 1985 - Political Science - 287 pages
Rigoberta nació en San Miguel Uspantán, El Quiché, Guatemala. Aprendió castellano cuando tenía veinte años sin libros, maestros ni escuela. Lo aprendió con su voluntad feroz por romper el silencio en el que viven los indios de América Latina. Se apropió el lenguaje del colonizador, no para integrarse a una historia que nunca la incluyó, sino para hacer valer, mediante la palabra, una cultura que es parte de esa historia.
 

Contents

Introducción
7
La familia
21
Ceremonias del nacimiento
27
El nahual
39
Corte de mimbre Primer viaje a la capital
49
Muerte del hermanito en la finca Más sobre la vida en las fin
59
ceremonia de los 10 años
65
Ceremonias de la siembra y de la cosecha Relación con la tie
73
Cárcel del padre Conflicto con los terratenientes Defensa
128
Período de reflexión sobre la opción a seguir
143
Actividad política en otras comunidades Ayuda a sus ami
167
El CUC sale a la luz pública Represión en El Quiché
183
Tortura y muerte de su hermanito quemado vivo junto
198
Rigoberta habla sobre su padre Recuerdos de cuando fueron
213
Sobre la muerte
226
Sobre la mujer Rigoberta renuncia al matrimonio y a la
245

La naturaleza La tierra madre del hombre El sol el copal
80
Vida en la comunidad Actividades de los muchachos y de
105
Muerte de su amiga intoxicada por la fumigación en la finca
113
Perseguida por el ejército Clandestina en la capital en
261
Anexo
275

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Popular passages

Page 21 - Me cuesta mucho recordarme toda una vida que he vivido, pues muchas veces hay tiempos muy negros y hay tiempos que, sí, se goza también pero lo importante es, yo creo, que quiero hacer un enfoque que no soy la única, pues ha vivido mucha gente y es la vida de todos. La vida de todos los guatemaltecos pobres y trataré de dar un poco mi historia. Mi situación personal engloba toda la realidad de un pueblo.
Page 21 - Me llamo Rigoberta Menchú. Tengo veintitrés años. Quisiera dar este testimonio vivo que no he aprendido en un libro y que tampoco he aprendido sola ya que todo esto lo he aprendido con mi pueblo.
Page 18 - Sólo me resta agradecer a Rigoberta el haberme concedido el privilegio de este encuentro y haberme confiado su vida. Ella me ha permitido descubrir ese otro-yo misma. Gracias a ella mi yo americano ha dejado de ser 'una extrañeza inquietante'

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