La procesión de los días

abrió Adriano advertía ahora alma Alvarellos alzó Amézaga amigo amor apretó asomó Ateneo aún Aurelia azul balcón Barral besó bía bigote blanca Boutu Boutureira Brañas brazos brillaba butaca cabeza calle Calviño cara caramba cariño Carlos Herrera Carlos sentía Casino catedrático celta céntimo cerró charla ción ciudad Clamor coche coñac correr cupletista dejó detuvo días Dina dió diván druidismo eczema encendió enorme entonces entró estaba estoy Fiaño Frú-Frú gallego gente gesto gris gritar hablar Herrera hizo hora hotel hubiese indiano jardín joven labios lentamente ligro llegó lluvia Lomba Luego madre manos mañana marchar María Luz mente miró muelle mujer mundo negro noche novia ocurre ojos Ordóñez oyó pasar paseo pensar peritoneo pesetas piel piernas poco protestó pueblo puerta quiero Recouso reira ría rincón Rocío Romero rostro ruido salir Sangil Saravia Sauterne señorito silencio sillas Silva sintió súbitamente tengo tenía tresillo veía viejo viento vió volvió zuecos